Por Tatiana Alemán

¿Y qué quiere decir vivir de otra manera? Quizá vivir absurdamente para acabar con el absurdo, tirarse en sí mismo con una tal violencia que el salto acabará en los brazos de otro. Rayuela, Julio Cortázar.

Tengo que admitirlo: siempre tuve miedo de leer a Julio Cortázar. Sí, lo acepto. Es que enfrentarse a un  monstruo literario como él, no es sencillo. Los recursos literarios que utiliza construyen un auténtico laberinto mental en donde una palabra no vista, puede ser la clave para desenmarañar la situación planteada.

Para este ejercicio de interpretación, escogí uno de sus mejores libros (a mi parecer), Historias de Cronopios y Famas, es la presea de cual hablo. El libro en general es una cosmovisión poética y absurda de Latinoamérica, pero, con el objetivo inicial de saborerar a Cortázar desde el inicio, me concentré en la primera para del libro: Manual de Instrucciones.

En una primera lectura, estas instrucciones parecían no tener sentido, ahora, a mis 23 años de edad, comprendí que son las escaleras para llegar al segundo nivel para entrar al absurdo mundo de los Cronopios y los Famas.

Manual de Instrucciones es el universo en donde se resume el mundo, la vida de la humanidad en el siglo XX; tiempo en donde los principales espasmos son: la rutina, la doble moral, la modernización y los inicios de una automatización de la existencia.

Antes de entrar a las instrucciones básicas, para vivir, me es imprescindible explicar quiénes son los Cronopios y quiénes son los Famas y los Esperanza. Según Julio Cortázar, en una entrevista describió a estos seres así: “Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: «La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad.» En cambio, “Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras.” Los Esperanzas, “…se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a ver porque ellas no se molestan.”

De esta forma, Julio Cortázar, describe tres tipos de personalidad que atañe a sus contemporáneos; aquellos influenciados y absorbidos por el estilo de vida del sistema capitalista. Con excepción de los Cronopios; ellos viven.

Ahora sí, y sabiendo quiénes, posiblemente, son un Cronopio, un Fama o un Esperanza, es hora de entrar al Manual de Instrucciones para vivir o sobrevivir.

Partiendo de una descripción del estilo de vida del ciudadano del siglo pasado, Cortázar nos detalla la rutina de una persona promedio, con una familia promedio, coeficiente promedio y sueldo promedio. Según Sartre, “vivir es elegir”; y es así como Cortázar concluye la radiografía de la vida del latinoamericano: “Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire…”

Tenemos la libertad de elegir cómo vivir.

Continuando con las instrucciones, la siguiente hace referencia a uno de los actos más sublimes para los seres humanos: Llorar. Lloramos al nacer por instinto; si eso persiste, algo está fallando en eso que llamamos vivir.

Cantar, en muchos casos, y para algunos, resulta como respirar. No todos tenemos el talento, pero es la fuga perfecta, y estratégicamente elaborada que tiene el alma para salir de la monotonía. La tercera instrucción, a mi criterio, es una de las esenciales en el proceso de la vida misma: cómo tener miedo. Si este persiste con el tiempo, jamás sabremos qué es arriesgarnos y elegir hacia dónde dirigirnos mientras tengamos la oportunidad de respirar y exhalar.

Y como todo buen superviviente, las tentaciones, los llamados pecados, están siempre a nuestro alrededor de forma sutil o directa. Así, Cortázar, en INSTRUCCIONES PARA ENTENDER TRES PINTURAS FAMOSAS, éste nos bosqueja un mapa para ver cómo estas barreras morales han dominado nuestra consciencia, la lógica, la razón; nos han manipulado nuestra cosmovisión. Como el proceso del ciclo de vida, estas instrucciones tienen su culminación en cómo debemos subir la escalera metafórica de la vida hacia la redención, gracias a la eliminación de las barreras morales y materialistas; o terminamos cediendo ante el sistema y caemos en la trampa llamada tiempo; pasando nuestras vidas dándole cuerda al reloj para seguir con la función.

Finalmente, en El Salvador, ¿vivimos o sobrevivimos?

Para llegar a la respuesta, pregúntese: ¿Qué elijo ser? ¿Cronopio? ¿Fama? o, ¿Esperanza?